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Memorias… de una geisha? (2da parte)

“Mi nombre es Alice”. Me dijo la sensualidad con ropa de mujer mientras tomaba de mi mano los documentos que yo había llevado. Los hojeo 2 segundos y haciéndome una señal para que la siguiera camino hasta una especie de oficina, que no era tal cosa y al mismo tiempo si que lo era.

Sinceramente, al pensar en ese momento hay cosas que no entiendo. Como por ejemplo como supe que quería que la siguiera, pues ella no lo dijo con palabras, ni me hizo esa señal con la cabeza que todo el mundo conoce, ni con la mano ni nada… ella movió el cuerpo; muy suave, con mucha gracia y al mismo tiempo con mucha energía. Fue una invitación-obligación.

-Tienes experiencia en el área?
-Si la tengo.
-Donde has trabajado y por cuanto tiempo? No me mientas.

Lo agregado a la pregunta hizo que la mirara como quien ve a una vaca rosa voladora porque… por qué iba yo a mentirle? Pero ella sonrió dándome a entender que era una broma y empezó a hablar de cosas que la verdad… no capte en lo absoluto porque estaba demasiado entretenida con su tono de voz, su mirada, la forma en que gesticulaba… y solo fui consciente de mi misma otra vez cuando me dijo: tienes un nombre muy exótico, pero te recomiendo que uses otro.

-Otro nombre?
-Si. Uno que sea bonito, sexy. Que sea fácil de pronunciar y también de recordar.
-María?
-No te queda.
-Sara?
-No sabe a nada.
-Sharon?
Ella se echo a reír y acto seguido se me acerco mientras hablaba muy lentamente como si necesitara tomar toda mi atención:

-Camina hasta la puerta, regresa y siéntate. –Ella lo dijo y yo obedecí mientras mi cabeza me exigía explicaciones, me gritaba que algo allí ni era normal ni estaba bien, pero mi cuerpo estaba seducido y mi alma curiosa necesitaba más, más… y más. –Tienes un buen cuerpo, una cara bonita… y muy dulce. Pero también muy picara, que te parece “Brenda”? Creo que es sencillo, pero sexy, aquí no hay mas Brenda y tampoco ningún nombre que se le asemeje. Creo que va bien contigo.- Eso me dijo Alice, el frasquito de feromonas andante.

“Brenda…”

Repetí despacio en mi mente tratando de acostumbrarme al nombre elegido para mi y no se por qué, pero me gusto como se sentía aunque aun no me explicaba por qué tenia que usar un nombre que no era mio. Menos aun, que tuviera que ser  sexy, fácil de recordar y pronunciar. 

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