5:35

Historia de una obsesión (3)




Estoy cansado, de mal humor… realmente agotado; física, mental y emocionalmente. Hoy he roto con mi novio y aunque no le amaba, jamás le amé, tampoco es que no sintiera algo por el. No solo como amante, sino también como persona, así que hemos quedado como mejores amigos. Después de todo, últimamente eso era lo que éramos… y de pareja solo teníamos el nombre. Él no me ha reclamado nada y yo tampoco a él, pero ambos sabemos que cada quien tiene un nombre; en su cabeza no es el mio y en la mía un nombre que no es el suyo. Lo hemos dejado y la vida sigue, pero ahora que no está me doy cuenta que esa relación me consumía demasiado sin darme nada a cambio; ahora me siento demasiado ligero sin ese peso…


<Empiezo a añorarlo.>


Y con ese último pensamiento mis ojos se fueron cerrando y mi cuerpo empezó a relajarse: Morfeo, mi amante preferido, me abrazaba como solo él sabía hacerlo. Cuidándome, dejándome ser en él y él en mí… pero justo antes de caer rendido ante su encanto le fui infiel: Ángelo estuvo allí, adueñándose de los últimos segundos que aun no me arrebataba el dios del sueño.


Esa mañana me desperté como siempre. Todo parecía normal, sin alteración alguna y así fui a la escuela. 


 -Hola Gustav –me saludo esa mañana Ney, quien para mi sorpresa estaba demasiado tranquilo, demasiado callado en comparación con como era normalmente, pero no le dije nada. Al verlo tuve el presentimiento de que algo tenía que ver conmigo y le estaba afectando. Pero aunque quise pensar que tendría que ver también con Ángelo me negué a hacerlo. No me gustaba como ese nombre últimamente aparecía en cada conversación y en cada pensamiento que tenia incluso durmiendo, por lo que estuve agradecido de que ese día Ney empezara a hablar de uno de sus tantos amantes en vez de mencionar el nombre maldito.


-¡Soy un puto pendejo de mierda! ¡Me odio!
-Si, eres un pendejo de mierda y puto también. –Contesté con tranquilidad e incluso diversión mientras veía a Ney dando vueltecitas en el mismo lugar, gesticulando, hablando. –¿pero por qué te odias?
-Hoy me enteré de algo que prefería no haber sabido nunca: Max quiere a otra persona. Sigue enamorado de su pareja anterior y a mi no me ama, solo me quiere. Según yo, porque le he seguido y no me he despegado de él por meses. Patético… ¿no? Una amiga suya me contó que él no me ama, solo me quiere.


Mientras Ney hablaba yo no podía dejar de pensar en Ángelo porque… ¿no se supone que era a quien Ney amaba? ¿Quién era Max? Pero no le pregunté, solo me quedé mirándolo y el continuó.


-¡O sea que no me ama, solo me quiere y no sabe como decírmelo! Que no me quiere hacer sufrir. ¡Maldito bisexual lo odio!
-No creo que tenga que ver con su preferencia sexual… -le dije con toda la tranquilidad que no sentía. Ney me desagrada demasiado, aborrezco como piensa, como habla, como se mueve… pero tal vez es solo porque él tiene en sus manos algo que yo no poseo. Es feo, es sucio que me sienta así por eso y odio caer tan bajo aborreciéndole por envidia. Si, con esa conversación descubrí que le envidio.
-Siempre me va mal con los bisexuales. Debería hacerme gay y quedarme con Ángelo. Aunque me “induciera” al alcohol y las drogas.
-Se dice indujera… -le corregí. Pero estaba demasiado molesto ¿Cómo se atrevía a tomar a Ángelo como simple consuelo? Tenia que ser al revés ¡Todo al revés!
-Calla. Estoy que me muero. No puedo comer, no puedo dormir, solo llorar. ¡Malditos hombres con polla y sin cerebro! Ama a una puta de mierda que tiene como… ¡14 años! O 15 no se, pero ¡es una puta niña ¡verga! ¡No sabe lo que es amar! O querer, muy apenas sabrá masturbarse… no he dormido en toda la noche y traigo un dolor jodido en el pecho y el estomago. Mi madre se impactó, porque ayer hice en casa todo lo que ella normalmente me pelea para que haga, pero es que solo pensaba en Max. En la noche empapé las sabanas; lloré solo, en silencio… no puedo creer que ame más a una puta de 14 años o lo que sea.
-Sí –dije suspirando mientras me acercaba a él –el amor es una mierda –y le abracé. No fue un abrazo hipócrita, en verdad a pesar de creerle exagerado y no acabarme de creer el cuento me daba cierto grado de lastima verlo sufrir así por alguien que amaba. Aparte claro, de que me sentía de alguna forma mas cerca de mi pequeña obsesión, pues si él no le amaba, probablemente Ángelo tampoco a él.
-No se por donde empezar. No me he desahogado y vengo a contártelo a ti…


<Si, justo a mi vienes a hablar del tema> pensé. 


–Porque sé que me escucharás y me tranquilizaras un poco. Me siento como una mierda.
-Sí, te escucharé… entre otras cosas como darte un sape. –Pero a Ney, como siempre, aquello no le importó mucho. Es mas, creo que ni siquiera me escuchó.
-Esa chica, la que el ama, se fue y lo dejó: ojala no regrese porque lo quiero enamorar. Quiero que cumpla las cosas que me ha prometido… yo tenia un concepto diferente de el… ¡Fuck! Que me den por pendejo con un tubo metálico por el culo ¡Por puto pendejo!


Me eché a reír. Imaginarme a Ney en 4 patas con un tubo metálico entre las nalgas fue demasiado para mi. Él no dijo nada, siguió hablando como si yo no hubiera abierto la boca pero igual me disculpé porque echarme a reír tan repentinamente me pareció fuera de lugar pero a él no le importó. Luego me mostró una foto del tal Max y siguió hablando.

-Maldita sea… ¡Lo amo!
-Creo que me hago viejo… -dije, pensando en que su concepto de amar y el mio eran totalmente diferentes –pero aun así te entiendo. A ver dices que “su” amiga te ha contado ¿por qué no te tomas un vaso de agua, te tranquilizas y le preguntas directamente? Díselo sin histerismos y maduramente aléjate si resulta que todo lo que ha contado su amiga es verdad: cierras el capitulo y empiezas una historia nueva.
-No quiero. Soy imbécil, me aferro a las personas que amo aunque me maltraten… única falla que tengo. Pero cuando me votan de forma fea o me dicen la verdad rudamente, me molesto y me alejo para siempre. Aunque nunca le olvidaré…
-Pues jódete. Tú le lo buscas; amar a alguien que no te ama es una perdida de tiempo.
Y así continuó Ney con sus alaridos de perro atado sin agua y sin comida hasta que sonó el timbre que daba inicio a las clases: pero yo estaba como anestesiado. Las palabras de ese idiota diciendo que amaba a ese tal Max y que adoraba estar con él, me tenían en un estado ambiguo; por un lado sentía lastima por él y por el otro tenia rabia. Yo no era quien para juzgarle y Ángelo propiamente dicho tampoco es que fuera un íntimo amigo… sin embargo aun seguía dándome vueltas en la cabeza esa frase de Ney:


“Debería quedarme con Ángelo”


¿Por qué ese imbécil se atrevía a tratarlo como un plato de segunda mesa? Yo no conocía a Ángelo como lo conocía Ney ¿Por qué entonces era yo quien pensaba en eso? 


<Yo no soy quien para inmiscuirme. Ellos tal vez tienen un arreglo, llevan su relación así… así tal vez, lo quiere Ángelo> Pensé. Y es que era imposible que este último no supiera en lo que andaba Ney siendo que con quienes estaba no hacían nada para cuidar su reputación. Al contrario, yo diría que mas bien ellos le colocaban el letrero de puto en neón sobre la cabeza acosándolo como lo hacen: en donde lo encuentran le meten mano… entre otras cosas sin importar que esté en la puerta del salón de clases y si hasta yo lo he visto, me imagino que Ángelo también. No entiendo por qué Ney permite ese trato.


Esa tarde esperé a Ángelo. Fui a la clase de literatura porque de verdad me había gustado pero cuando esta terminó fui directamente con él.
-A.N –le dije suave al oído, lo mas cercano que la decencia hacia posible, por lo que algo sorprendido se volteó y me saludó.


-¿Como estas Gustav? –y sonrió. ¿Es que no se daba cuenta que tenia que luchar conmigo mismo para no “echármelo al plato” ahí mismo?
-Bien… ¿y tu mi estimado? –Yo también sonreí. Me pregunto si al hacerlo dejé al descubierto mis ganas: seguro que si. Soy bastante transparente y además él no es imbécil.
-Bien, gracias. La vida me trata como siempre lo hace; soy yo quien le trata mejor.
-La vida es puta ¿te la coges bien?
-Sí, le doy por donde le gusta.
-Si, es lo mejor. De lo contrario te coge ella… y sin lubricante.
-A mi nadie me coge. Y si pasara, ese no vivirá para contarlo.

<¿Me estas retando? No… tal vez es que no sabes cuanto me gustan los retos. Tal vez tampoco sabes cuanto amo que un no rotundo se convierta en un si entre jadeos. De hecho, mejor si ese “sí” no me lo da una boca, sino un cuerpo sudoroso, jadeante… debajo del mio.>

Y en eso tras una breve pausa hablamos al mismo tiempo sin querer:
-A.N. ¿Puedo hacerte una pregunta algo personal?
-En fin ¿en que estás?
Sonreí, tras lo cual Ángelo contestó: Adelante. Sin embargo a mi no me gusta dejar preguntas en el aire porque odio si me las dejan así cuando las hago, por eso conteste a su pregunta inicial para poco después seguir con lo que iba.
-Pues… trato de averiguarte la vida. En fin ¿Qué tan estrecha o intima es tu relación con Ney?


Ángelo pensó un momento y me pareció tan adorable… fueron solo unos segundos, pero fue el tiempo exacto: lo suficiente para que quedara claro que le importaba y también el necesario para dejarme saber que era una respuesta honesta la que me daría.
-Bueno, nos conocimos hace bastante y de alguna manera nos unimos primero con una amistad; luego pensé en tener una relación o sea un noviazgo con él y así salió. 


<¿Novios? Vaya, cuan equivocado estaba… > Pensé, pero no le interrumpí. Le dejé hablar porque quería, necesitaba todos los detalles.
-Luego yo decidí que no continuaría con la relación, así que la terminé, y actualmente quedamos como buenos amigos.
-Ah… ¿Se puede saber por qué le dejaste?
-Bueno, eso es algo que no diré. Pero no tiene que ver con que tenga una relación extra. Simplemente creo que las relaciones no son para mí.
-Interesante...
-¿Por qué sería interesante?
-Tu opinión sobre las relaciones me pareció interesante.
-Y cuéntame ¿Por qué preguntas sobre eso?
-Tenía curiosidad.
-En ese caso, eso sonó tierno –y volvió a sonreír… desconcertándome. Su manera de llenar espacios con sonrisas cuando lo que cabía eran palabras hizo que desconfiara de él y estuve, aunque no se si fue evidente, a la defensiva.
-¿Por qué?
-Es placer para mí, observar que preguntan sobre mi vida por un interés que no me dan a conocer. Porque se preocupan por ella.
-Ah pero si el interés ya te lo dije: curiosidad.
-Por eso, la curiosidad es algo que me gusta cuando preguntan de mi vida, y más cuando a ciencia cierta no sé porque lo hacen.
Ahora fui yo quien sonrió, porque ese sentimiento de antes podía reconocerlo y lo hacia, ahora brotando en cada respiración de Ángelo y fue como la exquisita sensación que me recorre la piel justo antes de llegar al orgasmo.
-Si, estando en tu lugar opinaría igual.
-¿qué es estar en mi lugar?
-Es exactamente eso: mirar en el mismo ángulo que tu.
-Bueno, si sabia lo que era pero la pregunta es ¿Qué es mirar desde mi ángulo?
-Tal cual te lo he dicho. Ni más, ni menos.


Tras esas últimas palabras se hizo entre nosotros un silencio que no me incomodó para nada. ¿Como podría hacerlo? Él me había mostrado sin querer, mucho de lo que yo quería y no precisamente sobre su relación con Ney, eso no me interesaba tanto, era de su forma de ser que me había mostrado más de lo que yo mismo estaba dispuesto a mostrarle de mí. Si, con esas simples preguntas/ respuestas.

-Vale… bueno, nos vemos luego.
-Hasta luego. –Le respondí con una sonrisa, fingiendo que había olvidado algo y por eso por esta vez no me iba con el. Sin embargo la verdad era que solo necesitaba un tiempo a solas para mi primera masturbación mental: estábamos cerca y cada vez un poco mas.


0 comentarios:

Publicar un comentario