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La primera vez



Cuando alguien dice mi primera vez –sobre todo si eres mujer- inmediatamente quienes están al rededor piensan en la virginidad sexual. Virginidad sexual? Y cuál de ellas?

La primera vez que una mujer –un hombre también, pero la sociedad le marca diferencias y como nosotras somos mucho más sentimentales… (¿?)- se entrega a vivir su sexualidad con un hombre, a saciar el deseo carnal, la lujuria que él despierta en ella, se ve más como el fin de algo –de la inmadurez sexual, de la “inocencia”- cuando la verdad es que no solo “la primera vez” es un principio, sino que habrán un montón de primeras veces en nuestra vida sexual tanto o más importantes que esa porque para comenzar, normal mente cuando te entregas por primera vez a un hombre, más lo haces por el deseo ajeno o tu curiosidad, que por ser consciente de tus propias ganas y es que nos crían sabiendo “que duele” “que sangras” “que tienes que sangrar” y quién demonios va a abrir las piernas con gusto y sin dudas si ya de por si nos han metido tanto miedo? –claro, por suerte las cosas cambian y cada vez más mujeres disfrutan esa primera vez más conscientes de sus cuerpos y más dispuestas a disfrutar con el-

La primera de muchas… y no tan primera.

Cuando haces el amor por primera vez es cierto que es una de las experiencias más importantes de la vida sexual de alguien, mujer u hombre, porque es en mi opinión el comienzo de una de las etapas más maravillosas de la vida y que encima nos acompaña hasta el final de nuestros días si así lo decidimos  pero no es lo más importante y hay un montón de cosas a descubrir en el sexo usando la mejor herramienta: nuestro cuerpo.

Recuerdas la primera vez que te masturbaste? Probablemente no sabías que así se llamaba la acción de darte placer a ti mismo y que crees? Pues esa fue tu primera vez sexual. Allí descubriste que existe el placer sexual incluso, probablemente, antes de saber que así se llamaba ese sentimiento.

Más íntimo, más profundo.

Cuando alguien es sexualmente maduro, tiene muy clara su preferencia y le gusta, suele pasar que un día, incluso siendo una persona adulta y con bastante experiencia sexual, siente atracción por alguien de su mismo género. Pues si esa atracción desencadena en algo más, algo correspondido, habrá una primera vez tan importante como “esa de todas” cuando tu cuerpo tuvo con otro ese intimo contacto donde ambos intercambiaron fluidos y placer. Porque aparte de ser más consciente de ti mism@ probablemente tengas que replantearte conceptos que toda tu vida te parecieron absolutos  e inamovibles. Pero tranquil@, no eres ni serás, la primera persona que pasa por esto y no hay nada de malo o vergonzoso en ello. Es tan natural como nacer con el pelo negro o rubio y tampoco significa que dejaste de ser una persona para convertirte en otra; solo te conoces mejor y eres más honesto contigo mismo. Por eso amate, cuídate, disfrútate y recibe con los brazos abiertos –o las piernas, quién sabe?- cada primera vez.

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